Nuestras mascotas también merecen tener su pelo cuidado, por eso les compartimos algunos consejos.
El primer cepillado: primero debemos dejar que la mascota interactúe con el cepillo (principalmente que lo pueda oler). De esta manera buscamos evitar una reacción de miedo ante ese objeto que les resulta extraño y novedoso. El cepillado debe realizarse durante un tiempo breve y de a poco ir aumentándolo de forma gradual, hasta un tiempo ideal. Si tu mascota tiene pelo largo, el cepillado debe realizarse al menos 2 veces por semana, ya que esto favorece la remoción del pelo muerto y evita la caída del pelo en el ambiente.
En el caso de los gatos con pelo largo, sugerimos que el cepillado sea diario, ya que por su hábito de acicalamiento tienden a ingerir pelos que luego pueden llegar a producir trastornos gastrointestinales.
Premio a la paciencia: al menos al principio, es recomendable que lo refuerces con una recompensa por dejarse cepillar el pelo. La intención es que reconozca esta acción como algo positivo y que en la siguiente oportunidad la maniobra resulte más sencilla de llevar a cabo.
Usa el cepillo apropiado: consúltalo con el veterinario de tu mascota, que es quien mejor te va a poder orientar. Existe una gran variedad de cepillos y peines adecuados para tu mascota.
La frecuencia del baño: debe realizarse con una frecuencia no menor a 15 días entre baño y baño, excepto que tu mascota se encuentre en un tratamiento especial y el profesional indique lo contrario. Siempre utilizar un shampoo de uso exclusivo veterinario. Ten en cuenta que resulta fundamental evitar que les entre agua en los oídos y en los ojos.